Top 10 palabras similares o sinónimos de agbala

bearhouse    0.803197

phaeum    0.800261

aegaea    0.798195

rufibarbis    0.797455

archaischer    0.797276

todtiana    0.797172

tetrancistra    0.796748

aparic    0.796685

crofters    0.796485

shevlin    0.796195

Top 30 palabras análogas o sinónimos de agbala

Article Example
Reino de Nri Las gentes de Nri creían que el sol era el lugar donde se encontraba la morada de Anyanwu (Luz) y Agbala (Fertilidad). Agbala era el espíritu colectivo de todos los seres sagrados (humanos y no humanos). Agbala era el agente perfecto de Chukwu o Chineke (el Dios Creador) y escogía sus agentes humanos y no humanos solo por su mérito; no sabía de política. Trascendía la religión, la cultura y el género, y acompañaba a los humildes y verdaderos. Creían que Anyanwu, La Luz, era un símbolo de la perfección humana que todos deben buscar y se confiaba a Agbala para llevar a los hombres hasta allí.
Chinua Achebe En "Todo se demorona", la virilidad furiosa de Okonkwo domina todo lo «femenino» en su vida, incluyendo su propia conciencia. Por ejemplo, cuando se siente mal después de haber sido forzado a matar a su hijo adoptivo, se pregunta: «¿Desde cuando te convertiste en una vieja mujer temblante?» Se argumenta también que el chi de uno, o dios personal, es la «madre dentro». Esta comprensión demuestra aún más cómo la hipermasculinidad de Okonkwo corrompe su conciencia, ya que su desprecio por su propia madre y otras mujeres le impide estar en armonía con su chi. Considera todo lo femenino como desagradable, en parte porque le recuerdan a la pereza y cobardía de su padre. Su padre era considerado un "agbala", palabra que se refiere a un hombre sin título, pero que también es sinónimo de «mujer». Por lo tanto, Okonkwo no solamente lamenta la falta de éxito de su padre, sino lo atribuye a una falta de masculinidad. La feminización de todas las cosas que carecen de éxito o poder por Okonkwo, es un tema común en la novela. Su obsesión con la masculinidad es alimentada por un intenso temor a la feminidad, que expresa a través del abuso físico y verbal de sus esposas, su violencia hacia su comunidad, su constante preocupación de que su hijo Nwoye no fuera lo suficientemente varonil, y su deseo de que su hija Ezinma hubiera nacida un varón. Las mujeres en la novela, por su parte, son obedientes, tranquilas, y ausentes en posiciones de autoridad, a pesar del hecho de que las mujeres igbo participaban tradicionalmente en el liderazgo del pueblo. Sin embargo, la necesidad del equilibrio femenino es destacado por Ani, la diosa de la tierra, y la discusión extendida de «Nneka» («la madre es suprema») en el capítulo catorce. La perseverancia de Ekwefi y su amor por Ezinma, a pesar de sus muchos abortos involuntarios, es visto como un homenaje a la femineidad igbo, que suele definirse por la maternidad. La derrota de Okonkwo es visto por algunos como una vindicación de la necesidad de una ética femenina equilibradora. Algunos también sostuvieron que todos los fracasos de Okonkwo están ligados a su desprecio y temor a las mujeres y su incapacidad de establecer buenas relaciones personales con las mujeres en su vida: sus esposas, sus hijas y su propia madre. Achebe expresó su frustración por ser frecuentemente mal comprendido en este punto, diciendo «Quiero casi gritar que "Todo se desmorona" está del lado de las mujeres ... Y que Okonkwo está pagando la pena por su tratamiento de las mujeres; que todos sus problemas, todas las cosas que hizo mal, pueden ser vistos como ofensas contra lo femenino». En efecto, se argumenta que la violenta y vehemente posición anti mujer de Okonkwo es la excepción, no la norma, en su comunidad de Umuofia y en la sociedad igbo en general. Aun así, la escritura poscolonial de África esta profundamente centrada en el hombre, un fenómeno que no es aliviado con el tropo frecuente de la mujer africana como la «realización de la visión del escritor masculino para la nueva África». Se argumenta que, aun cuando las mujeres y sus vidas tuvieran una representación más central en la literatura, el escritor masculino sigue siendo el visionario, mientras que la mujer es el «signo» de los cambios por venir.